Nuestra Historia

No nací apicultor. No heredé colmenas ni tierras. Pero sí heredé una profunda admiración por la naturaleza y el deseo de construir algo que pudiera perdurar más allá de mí.

"Hijas de la colmena" ha comenzado como un sueño humilde: aprender desde cero el arte de la apicultura, cuidar de las abejas como se cuida de un legado, y compartir con el mundo una miel que no solo alimenta, sino que cuenta una historia.

Cada colmena que iniciamos es una apuesta al futuro. Una promesa de que, con trabajo, respeto por el entorno y dedicación, es posible devolverle a la miel su autenticidad. Sin prisas. Sin químicos. Sin intermediarios que desvirtúen el valor del esfuerzo apícola.

Mi deseo es que, dentro de muchos años, cuando mis hijas (y ojalá sus hijos también) hablen de este proyecto, puedan decir con orgullo: “Nuestro padre fue aquel hombre que un día decidió empezar desde cero… y cambió nuestro destino para siempre”.

“Más que una tienda de miel. Un legado que se construye colmena a colmena.”